Normalmente son un sistema
electrónico con un sensor en el volante, que cuenta cuántas veces por minuto el
conductor realiza pequeñas correcciones en la dirección. Se sabe que para
mantenernos en el carril, los conductores no mantenemos el volante quieto y
fijo, sino que corregimos casi constantemente dos o tres grados hacia la
derecha o hacia la izquierda, para intentar ir lo más centrados posible en él.
Si el pequeño procesador del
sistema cuenta menos correcciones por minuto de lo que se considera normal,
interpreta que el conductor puede estar distraído, estar cansado o incluso
estar durmiéndose al volante, así que advierte de ello al conductor. Esta
advertencia puede ser variable, lo normal es un cartel en la pantalla digital
del cuadro de instrumentos y una alarma sonora (por ejemplo un pitido) pero
también puede ser incluso una vibración en el volante.
El objetivo es evitar que un
conductor se duerma al volante sin darse cuenta. Si recibe una aviso debería
parar, tomar algo que le despeje y despierte, o mejor todavía descansar (o
incluso dormir un rato si fuera preciso). Si a pesar de las advertencias del
sistema, el conductor no se para e insiste en seguir conduciendo, de nada habrá
servido la tecnología.
De manera más experimental también se están probando sistemas de
reconocimiento facial (mediante una pequeña cámara) que detecten si un
conductor está cerrando los ojos más de la cuenta y se está durmiendo. Habrá
que ver cómo evoluciona este sistema, pero aún así el de las correcciones en el
volante es muy eficaz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario